¿Qué son las empresas unicornio?
Las empresas unicornio son aquellas compañías creadas hace menos de diez años que, sin cotizar en bolsa ni haber sido adquiridas por un tercero, logran un valor de 1.000 millones de dólares o más a nivel mundial.
Toman este curioso nombre asociado a un animal mitológico porque así fue acuñado por primera vez en 2013 por Aileen Lee, fundadora de Cowboy Ventures, cuando quiso referirse a aquellas organizaciones del ámbito tecnológico que alcanzaban ese valor sin estar presentes en el mercado bursátil.
Un fenómeno en crecimiento
De acuerdo con los datos de la consultora CB Insights y siguiendo esta definición, hoy en día existen más de 1.100 empresas unicornio en el planeta; unas cifras que no paran de crecer gracias, en gran medida, al aprovechamiento de las nuevas tecnologías.
Estados Unidos es el país que cuenta con más organizaciones de este tipo.
Startups vs pymes: diferencias clave
Si se analiza el tipo de compañías que son estas empresas, en su mayoría se habla de startups, especialmente aquellas en las que las TIC (siglas de “tecnologías de la información y la comunicación”) juegan un papel primordial.
En este sentido, se debe recordar que una startup no es lo mismo que una pyme.
En el primer caso, se refiere a empresas de reciente creación que cuentan con un modelo de negocio escalable y se apoyan en la innovación tecnológica para maximizar sus posibilidades de crecimiento.
Todo ello lo consiguen con un coste reducido de recursos, lo que impacta positivamente en su margen de beneficios; y la financiación proviene de terceros —aquí surgen los conocidos como business angels, individuos que buscan involucrarse tanto económicamente como a nivel de gestión en la empresa, distinguiéndose de los inversores tradicionales por este último aspecto—.
Por otra parte, cuando se habla de pymes, se refiere a aquellas empresas de tamaño pequeño o mediano en aspectos como el volumen de negocio o el capital humano con el que cuentan.
A diferencia de las startups, este tipo de empresas no tienen por qué contar con una breve trayectoria, su financiación rara vez es externa y su alcance suele ser, en términos generales, más local.
Dicha perspectiva más tradicional condicionará otros aspectos como la intención de escalabilidad y, por ende, el ritmo de crecimiento.
Por último, pero no menos importante, destaca el uso de las nuevas tecnologías: aunque sí pueda estar presente, sus modelos de negocio no se articulan en torno a ellas.
Características que definen a una empresa unicornio
Cuando se habla de este tipo de organizaciones y las claves para lograr construir una de ellas, la respuesta es que no hay una fórmula estándar para lograr el éxito, ya que este depende de multitud de factores y no podemos influir en todos ellos.
Sin embargo, si analizamos los rasgos más comunes de las empresas unicornio, podríamos destacar los siguientes aspectos:
Nueva creación: se tratan de organizaciones emergentes que, aprovechando nichos de negocio poco o nada explotados, alcanzan el éxito en la etapa inicial, logrando —como hemos mencionado— un valor superior a 1.000 millones de dólares.
Esta juventud también se refleja en los equipos que las conforman, cuya media de edad suele oscilar entre los 30 y los 40 años.
Innovación: las nuevas tecnologías son una parte fundamental del negocio, sacándoles el máximo rendimiento tanto en la parte más operativa como también en la comunicación.
Las redes sociales se posicionan como los canales por excelencia para aumentar su notoriedad.
Escalabilidad: aumentan su magnitud y beneficios, sin que suponga un incremento de los gastos. Todo ello lo realizan en cortos periodos de tiempo.
Financiación: tienen una capacidad muy fuerte de atraer el interés de los inversores, logrando que el capital sea completamente privado. En este sentido, tal y como se ha indicado, no cotizan en bolsa.
Modelo de negocio: los planes estratégicos de estas organizaciones están orientados al consumidor final, presentándose ante él como una alternativa disruptiva que entiende y satisface sus necesidades en todo momento.
Además, no solo se centran en el producto, sino que van más allá: buscan generar experiencias de compras satisfactorias.








