El cuidado de la piel, conocido como “skincare”, se ha convertido en un ritual importante para muchas personas. Este enfoque va más allá de la simple limpieza y se extiende a una rutina completa que busca mantener la piel saludable, prevenir el envejecimiento y mejorar su apariencia.
Fiore Di Campo, en su esencia, ofrece una serie de prácticas y el uso de productos específicos para mantener la piel limpia, hidratada y protegida de factores externos. Una práctica de autocuidado y bienestar. Una rutina de cuidado facial que ayuda a prevenir problemas como la sequedad, irritaciones y brotes de acné, manteniendo la piel en óptimas condiciones.
Delia Beatriz Rosales Franco, fundadora de Fiore Di Campo comparte que este emprendimiento surgió de la necesidad de contar con productos especiales para piel delicada que difícilmente encontraba en el mercado.
Comenzó con una crema para su uso personal que hasta la fecha elabora de forma artesanal, al mismo tiempo que realiza jabones y bálsamos. Buscó que fuera una marca orgánica, que abarcara todos los productos que sirvieran para el cuidado de la piel, desde el punto de vista más médico y especializado.
Comenta que para lograr las formulas correctas llevó a cabo una preparación especializada en el tema de la dermatología a prueba y error para alcanzar la más alta calidad que debían de ofrecer cada uno de sus productos.
Ha sido tanto el éxito de Fiore Di Campo que actualmente Beatriz Rosales anda en busca de un laboratorio que maquile sus productos respetando las formulas exactas de cada una de sus prestaciones, con el fin de crecer exponencialmente a nivel nacional.








